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Educación de las cualidades volitivas y preparación psíquica del deportista


 EDUCACION DE LA VOLUNTAD
La importancia de las cualidades volitivas en el deporte es tan evidente que el concepto “deportista” se asocia habitualmente al de “persona de voluntad fuerte”.
Aunque la esencia de la voluntad misma, tanto en la psicología general como en la deportiva, se interpreta hasta el momento de varias formas, prácticamente en nadie despierta dudas que la cualidad, propiedad o capacidad del individuo, que se designa con esa palabra, sean indispensables en alto grado en cualquier modalidad deportiva.

Entre las principales cualidades volitivas del deportista se distinguen por lo común (con algunas variantes en las denominaciones), la orientación hacia una finalidad, espíritu de iniciativa, decisión, audacia, autodominio, perseverancia y firmeza. Por cuanto estas cualidades al igual que cualquier otra característica psíquica del hombre, no admite valoración directa y no permite delimitar sus papeles en las diversas modalidades deportivas. A pesar de ello, apoyándose en la experiencia y en el sentido común, se puede afirmar con derecho, que independientemente del tipo de actividad deportiva, el deportista necesita en conjunto todas las cualidades volitivas desarrolladas y por eso la educación multifacética de éstas debe ser parte del contenido fundamental de la preparación del mismo.
La revelación de la voluntad en las distintas modalidades deportivas es específica ya que cada una de éstas presentan sus exigencias a las cualidades volitivas determinadas por las condiciones y formas de la actividad y carácter de las dificultades que surgen en el proceso de la realización.
Teniendo en cuenta la preparación volitiva del deportista no es difícil concluir que, primero, éstas orgánicamente se fusionan con las de la motivación cabal de la conducta del deportista y la formación de las bases morales e intelectuales de la actividad deportiva, tomadas en su aspecto práctico; segundo, la solución de las mismas debe contribuir al desarrollo multifacético general de las cualidades volitivas como rasgos permanentes del carácter y asegurar un alto grado de su revelación en forma de aptitudes que respondan a exigencias específicas del deporte.
Como la formación de las cualidades volitivas, que se revelan en la actividad motora, tiene su premisa material en el perfeccionamiento de las aptitudes físicas, hábitos motores y habilidades, las tareas prácticas de la preparación estas cualidades se resuelven cumpliendo las tareas de su preparación física, técnica y táctica.

BASE DE LA METODOLOGIA

Con el fin de educar las cualidades volitivas y otras relacionadas con éstas, del carácter del deportisrta, a la par de los factores generales de la educación, se utiliza el conjunto de medios y métodos de entrenamiento más importantes. Un significado decisivo en esto tiene la orientación de la actividad del deportista.
Aquello de que la voluntad se educa superando las dificultades y luchando contra ellas se ha convertido en una verdad trivial desde hace mucho tiempo. No obstante es justa únicamente en determinadas ocasiones, si las dificultades se superan sistemáticamente y no de caso en caso; sino siguen siendo invariables, si el grado de crecimiento de las dificultades no excluye la posibilidad de vencerlas. La sobrecarga también se plantea como una dificultad sistemática a vencer, de este modo representa un factor que también desarrolla la voluntad.
La base práctica de la metodología del entrenamiento volitivo en el entrenamiento deportivo lo constituyen:
- habituares paulatinamente al cumplimiento obligatorio del programa de entrenamiento y de los reglamentos de competición,
- la introducción sistemática de dificultades complementarias,
- la utilización de principios y relaciones de entrenamiento,
- la intensificación consecutiva de las funciones de autoeducación.
Habituación al cumplimiento de los programas de entrenamiento y de los reglementos de competición
Si la tarea a cumplir por el atleta es factible y razonable, su realización debe convertirse en ley. El deportista debe estar profundamente convencido (el entrenador tiene el deber de asegurar que así sea) de que no hay caminos fáciles para llegar a las cumbres del deporte, y cuando éstas están más cerca tanto mayor es el grado de esfuerzos que hay que hacer para lograrlas.
La exigencia de llevar obligatoriamente a término la tarea es en especial, importante y difícil de materializar durante la realización de los ejercicios de competición. En contraposición a esta exigencia está la inseguridad, que puede transformarse en la costumbre de interrumpir la competición tan pronto surge una situación crítica. Se supone que esto constituye una de las causas que dan lugar al surgimiento de las barreras psíquicas.
Es necesario además tener en cuenta que el nivel de pretensiones del deportista, por lo visto, con frecuencia supera en cierta medida al resultado que le es accesible realmente en el momento dado. La discrepancia práctica entre ellos crea el sentimiento de inseguridad e incita al deportista a evitar las competiciones. El problema de luchar contra la inseguridad en la preparación del deportista no surge sólo cuando este sentimiento ya se ha formado, sino también cuando el deportista se siente muy seguro de sí mismo.

Introducción de dificultades complementarias

A pesar de que el aumento regular de las sobrecargas en el entrenamiento representa también al crecimiento de las sobrecargas psíquicas, para la influencia dirigida sobre el desarrollo de las cualidades volitivas del deportista, es indispensable crear complementariamente situaciones difíciles que requieran manifestaciones de su voluntad; especialmente en los períodos en que el deportista se ha adaptado bien a las sobrecargas de entrenamiento regulares.
La presentación de las dificultades en las diferentes etapas del entrenamiento del deportista generalmente coincide con la preparación física, técnica y táctica, pero hay veces que no. El vencer problemas que el atleta sabe, no tienen nada que ver con su preparación, ejercen un efecto extraordinario en su preparación volitiva.

Daremos ejemplos de los procedimientos metodológicos de la introducción de dificultades complementarias en el proceso de preparación volitiva del atleta:
- Introducción de una tarea complementaria (sin previo aviso), relacionada con la prolongación del entrenamiento durante el agotamiento (orientación a educar el dominio de sí, la perseverancia y la paciencia).
- Efectuar las sesiones de entrenamiento en condiciones agravadas del ambiente natural o utilizando aparatos y equipos deportivos desacostumbrados (orientación a formar solidez de los hábitos y educar la seguridad).
- Modificación de los objetos y espacios de las acciones con el fin de elevar la exactitud y seguridad del cumplimiento.
- Modificación de los objetos y el espacio con incremento del grado de riesgo (orientación a educar la intrepidez).
- Introducción de derrumbantes factores sensoriales (orientación a educar la firmeza y el autodominio).
- Complicación de las interacciones de competición y las condiciones de valorar los logros (orientación a educar cualidades de luchador y voluntad de triunfar).

Utilización de los principios y relaciones de competición

La importancia primordial del método de competición en la formación de rasgos del carácter deportivo se define por el hecho de que el mismo parte de los principios naturales de la actividad deportiva (afán de lograr el primer puesto en competiciones, miras a alcanzar marcas), compromete al deportista a manifestar al máximo sus posibilidades y exige al mismo tiempo la capacidad de dominarse en las situaciones más difíciles.
Un torneo aislado, incluso extraordinariamente importante, no resuelve nada en el largo y complejo proceso de la educación del carácter. Solamente la participación regular en las competiciones programadas y la utilización sistemática de los principios de competición pueden ser factores de acción continua en la formación del carácter del deportista.
A medida que el deportista se va adaptando a las sobrecargas y situaciones de entrenamiento el papel del método de competición en la preparación volitiva no disminuye si crece el grado de exigencias presentadas a las cualidades volitivas. En especial esto se logra introduciendo dificultades adicionales en las competencias de entrenamiento, incrementando el número y frecuencia de certámenes, elevando el grado de responsabilidades de las mismas y variando sus condiciones.

Intensificación consecutiva de las funciones de autoeducación

No se puede interpretar la educación de la voluntad sin la facultad de un control activo y orientado de sí mismo, de sus aspiraciones, sentimientos, acciones y conducta. La manifestación más alta de ello es la autoeducación. En la preparación volitiva del deportista es necesario observar con detenimiento especial, la correlación existente entre la condición del entrenador y la iniciativa propia del educando.
La autoeducación de la voluntad presupone, en primer lugar, que el deportista comprenda la esencia de su actividad deportiva y se conozca a sí mismo. Aquí el papel encauzador del entrenador consiste en introducir las condiciones que eleven consecuentemente el grado de actividad, iniciativa e independencia del atleta, en la solución de las tareas del perfeccionamiento deportivo, dándole conocimientos, destreza y hábitos indispensables para una autoeducación más cabal y controlar de manera oportuna los resultados de la asimilación de éstos.
Como medios y métodos prácticos de autoeducación de la voluntad pueden servir casi todas las formas de dinamismo del deportista en superar las dificultades, vinculadas tanto en la automovilización externa, como con la autolimitación interna.
Entre ellos, los siguientes:
- observancia insistente del régimen general de vida, organizado de acuerdo a las exigencias de la vida deportiva
- autopersuación, autoimpulso y autoimposición al cumplimiento absoluto de los programas de entrenamiento y las normas de competición
- autorregulación de las emociones psíquicas por medio de métodos y procedimientos autógenos
- autocontrol permanente.

ALGUNOS ASPECTOS DE LA PREPARACION PSIQUICA ESPECIAL DEL DEPORTISTA

Dicho de forma general, se puede llamar “preparación psíquica” del deportista a todo el conjunto de influencias sobre su mente que aseguran su disposición espiritual a mejorar las marcas. Pero un concepto tan amplio abarca fenómenos y procesos evidentemente no homogéneos, incluidos algunos de los mencionados anteriormente, como la formación de motivos y aspiraciones del deportista, educación de sus propiedades psíquicas, su preparación volitiva, así como los aspectos correspondientes de la educación intelectual, la preparación técnico-deportiva y física, etc.
Un sentido más concreto posee el concepto “preparación psíquica especial” del deportista. Abarca especialmente aquellos aspectos de la preparación del deportista que tienen relación directa con el control operativo de su estado psíquico y que le asegura un grado óptimo de inmediata disposición a la competición y al cumplimiento de las tareas especialmente difíciles del entrenamiento. Los componentes específicos de la preparación mental en esta interpretación son: la formación de motivos y normas actuales que movilizan a alcanzar el objetivo, la preparación para realizar la acción, la regulación de los estados mentales así como la regulación de las manifestaciones emocionales y volitivas durante las competiciones o entrenamientos y la optimización de los estados generales del deportista.

PREPARACION OPERATIVA PARA LA ACCION

Al formar la orientación hacia la competición siguiente o sesión de entrenamiento, en las que se prevé superar las marcas alcanzadas, se las puede intensificar apoyándose en los intereses y emociones personales del deportista, vinculados en el caso dado a la materialización de sus aspiraciones. Para ello, el entrenador, debe conocer bien las aptitudes individuales de sus educandos, sus intereses y tener la habilidad de saber llegar al intelecto y sentimientos del deportista. Con esto se quiere decir que cuando el deportista subestima sus posibilidades el entrenador debe incentivarlo y motivarlo, ya que está dentro de sus posibilidades cumplir con las metas propuestas; así como también cuando el nivel de pretensiones es elevado, se requiere sin disminuir la fuerza de motivación, limitar la orientación individual para ponerla en concordancia con las posibilidades reales del deportista.
La predisposición psíquico-operativa del deportista, además de la influencia correspondiente del entrenador, presupone la utilización activa y sabia de varios modos de autoconcentración y automovilización, los que deben ser previamente asimilados por medio de la preparación psíquica especial.
En la actualidad la elaboración de estos medios se realiza principalmente a través del perfeccionamiento de los tradicionales métodos de autopredisposición (monólogo interno que incite a la acción, repaso mental de la acción a realizar, autoórdenes), reproducción mental de imágenes que estimulen o limiten las emociones y representaciones musculares motrices (ideomotoras).

REGULACION DE LOS ESTADOS PSIQUICOS QUE SE DIFERENCIAN POR LA ELEVADA TENSION

En el deporte existen muchas situaciones, en especial las típicas de competencias importantes, donde el deportista puede generar un estado de elevada tensión, similar a un shock emocional.
Las tareas para normalizar los estados tensos se diferencian dependiendo del carácter de los mismos: en caso de “apatía de salida”, es necesario superar la depresión, asegurar la disposición movilizadora y crear un estado de ánimo seguro y optimista; en el caso de una desmedida excitación, disminuir su grado pero no dañando el auge emocional (un grado determinado de tensión psíquica, por lo visto es imprescindible para que el deportista obtenga un buen resultado de sus acciones).
La forma de resolver estas tareas siempre debe ser compleja, o sea no fundamentada en algún medio o proceso (a veces se cree ingenuamente en la existencia de ciertos métodos “milagrosos” de autorregulación, como se manifestó en su tiempo por la pasión de los sistemas utilizados por la yoga). Desde posiciones pedagógicas es indispensable tener en cuenta como mínimo los siguientes factores generales, que permitan influir en conjunto sobre el estado psíquico del deportista.

Factores generales de educación propia del deportista


- influencia motivadora del entrenador y su constante contacto con el deportista. Uno de los modos utilizados para la salida a competencia, es elaborar una estrategia conjunta con el atleta, generando un conjunto de tareas intermedias y ejercicios de aproximación cuyo cumplimiento cree un sentimiento de seguridad.
- Atmósfera de amistad, optimismo, claridad de objetivos y actividad en colectivo con el deportista.
- Autoeducación sistemática de las cualidades volitivas del deportista.
Orientación especial de los medios, métodos y formas de organizar el entrenamiento deportivo en el aspecto de la preparación psíquica
En la regulación de los estados de antes de salida, esta orientación se manifiesta con mayor frecuencia en la aplicación de distintas variantes de calentamiento especializado, “activante” (que incluye aumentos bruscos de velocidad, imitación de los esfuerzos finales y ejercicios de juego de alto dinamismo), “tranquilizante” (con predominio de ejercicios no intensivos que se efectúan de manera muy suave y complementados a veces con ejercicios emocionales, por ejemplo, con juegos deportivos, a fin de provocar la “distensión emocional” necesaria), como también ejercicios “de relajación”, “de atención”, “de exactitud” y respiratorios especiales dirigidos a bajar la tensión general y potenciar la concentración.
El sistema de regulación del estado psíquico del deportista por medio de los factores de entrenamiento no se asegura con ejercicios aislados, ni con la estructura general del proceso de entrenamiento, sino con la alteración óptima de sobrecargas y descanso y el remplazo rítmico de la orientación predominante de las sesiones en el marco de los ciclos pequeños, medianos y grandes de entrenamiento por la dinámica racional de las sobrecargas.
Adaptación a los requisistos de las competiciones y regulación de la tensión psíquica de las sobrecargas de competición
En cada ciclo de entrenamiento debe haber un numero suficiente de certámenes de preparación y propiamente deportivos que permitan adaptarse a las cargas y circunstancias propias de la competencia.
Con el fin de elevar el grado de estabilidad del deportista en circusntancias difíciles de competición, es necesario periódicamente crear, de manera premeditada en los certámenes de preparación, situaciones parecidas al shock. Al mismo tiempo es importante no elevar la medida de las dificultades, más de las posibilidades del deportista, requiriendo del entrenador maestría profesional y un sentido desarrollado de la medida.

Métodos especiales de regulación psíquica propia

Están representados por el entrenamiento psicorregulador y los ejercicios motores ideados. Esto incluye procedimientos de sugestión encaminados, por una parte a acelerar, por otra a movilizar y activar el paso a un estado animoso y enérgico. También se acumula experiencia con los ejercicios para corregir errores técnicos, regular el ritmo y la cadencia de movimientos y la formación hacia una situación determinada de competición.
Condiciones del medio natural y factores higiénicos que ayudan a optimizar el estado psíquico

En particular se practica la alteración de las sesiones de entrenamiento en condiciones emocionalmente confortables y otras del medio natural también, como así las instalaciones deportivas, tratamientos por medio de agua, sauna, gama de colores en la iluminación del salón de entrenamiento, acompañamiento musical, etc.

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