El Efecto Benjamin Franklin: Por Qué Ayudar Aumenta el Aprecio
¿Alguna vez has notado que, cuando le pides un favor a una persona que no te aprecia, esta termina mostrándose más amable contigo? Este fenómeno no es casualidad; es una poderosa táctica psicológica conocida como el **Efecto Benjamin Franklin**.
Contrario a la intuición popular, que sugiere que le hacemos favores a quienes nos caen bien, este principio revela que, en realidad, **tendemos a simpatizar con las personas a las que les hemos hecho un favor**. Este efecto es una de las manifestaciones más fascinantes de la **disonancia cognitiva**.
La Anécdota del Libro Prestado 📜
El nombre de este fenómeno proviene del propio **Benjamin Franklin**, uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos. En su autobiografía, Franklin relató cómo se ganó a un acérrimo opositor político en la Asamblea de Pensilvania.
En lugar de intentar ganárselo con halagos o favores, Franklin hizo lo contrario: le escribió una nota educada pidiéndole prestado un libro “muy raro y curioso” que sabía que el caballero poseía. El rival, halagado por la solicitud, le prestó el libro.
Cuando Franklin devolvió el libro con una nota sincera de agradecimiento, el político opositor se volvió notablemente más cordial y dispuesto a colaborar. Franklin observó: “Aquel que una vez te ha hecho un favor estará más dispuesto a ayudarte de nuevo que aquel al que tú le hayas ayudado.”
El Engranaje Psicológico: La Disonancia Cognitiva 🧠
El Efecto Benjamin Franklin se explica a través de la teoría de la **Disonancia Cognitiva** propuesta por el psicólogo social Leon Festinger. Esta teoría establece que las personas experimentan una tensión incómoda cuando mantienen dos ideas, creencias o comportamientos contradictorios.
En el caso del adversario de Franklin, la mente experimentó el siguiente conflicto:
- **Creencia 1 (Sentimiento):** "Detesto a Benjamin Franklin."
- **Comportamiento:** "Acabo de hacerle un favor considerable a Benjamin Franklin (prestarle mi libro raro)."
Aplicaciones Prácticas del Efecto 💡
Este principio tiene aplicaciones valiosas en el desarrollo de las relaciones personales y profesionales:
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Romper el Hielo con un Oponente: Si buscas mejorar la relación con un colega o adversario, pídele un favor pequeño, algo que pueda hacer sin mucho esfuerzo (como pedir su opinión sobre un tema o una herramienta). Esto inicia el proceso de justificación cognitiva en su mente, abriendo la puerta a una futura amistad o colaboración.
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Fomentar el Compromiso: Las empresas y organizaciones a menudo utilizan este efecto. Cuando se pide a los clientes o seguidores que inviertan un poco de su tiempo (por ejemplo, participando en un concurso de ideas o donando una pequeña cantidad), se incrementa su compromiso con la marca. El acto de invertir tiempo o recurso se justifica internamente como un acto hacia algo que valoran.
El Efecto Benjamin Franklin nos recuerda que nuestras acciones no solo son un reflejo de nuestros sentimientos, sino que, de forma sorprendente, son a menudo la **causa** de ellos.