La práctica deportiva exige al deportista manejar un determinado grado de información para desarrollar su actividad con un cierto nivel de precisión y éxito. Este trabajo explica los procesos para regular y entrenar la percepción.
Introducción:
La práctica deportiva exige al deportista manejar un determinado grado de información para desarrollar su actividad con un cierto nivel de precisión y éxito. En función del tipo de deporte la información que el ejecutante maneja es diferente, tanto cuantitativa (cantidad de estímulos) como cualitativa (tipo, intensidad, forma, etc de los etímulos).
En los deportes de situación, entre los que se encuentra el taekwondo, el rendimiento es la forma adecuada de actuación en el momento preciso para unas condiciones concretas (Hagedorn, 1983). Esa elección de un patrón o esquema motor adecuado (forma de actuación) la denominamos toma de decisión. Por lo tanto, sabemos que en este tipo de prácticas deportivas el ejecutante está continuamente tomando decisiones. Esas decisiones son consecuencia de su capacidad para percibir, captar, analizar y gestionar la información relevante en el contexto preciso.
Pero, ¿Qué tipo de información percibe el deportista? ¿Por qué los deportistas expertos y los principiantes perciben y gestionan la información de forma diferente? ¿Qué información es pertinente para el éxito en taekwondo? ¿Cómo formo a un deportista para que se convierta en un experto gestor de información? Estas preguntas son las que trataremos de responder a continuación.
La percepción.
Los seres humanos estamos dotados de un complejo sistema de órganos sensoriales que aportan diferentes estímulos al Sistema Nervioso. Estos órganos captan información, que se transmite en forma de impulso nervioso, pero que por ellos mismos no aportan información al sujeto. La percepción, por el contrario, es el acto de interpretar esa información que llega al Sistema Nervioso a través de las distintas modalidades sensoriales.
El proceso sensorial solo implica la detección y discriminación de un estímulo por parte de los órganos de los sentidos, mientras que el proceso perceptual requiere ya una cierta interpretación, por parte del organismo, de la información procedente de la estimulación.
Los tipos de información que recibe el deportista:
Los seres humanos tenemos tres fuentes principales de información: la exteroceptiva (la información que recibimos del entorno), la propioceptiva (nos permite conocer la situación de nuestro cuerpo a nivel muscular, articular, nuestra postura y posición) y la interoceptiva (sensaciones que provienen de los órganos internos y vísceras). Para llevar a cabo una práctica deportiva exitosa tenemos que aprender a dirigir y organizar nuestra percepción en este mar de estímulos; este es el primer paso para una decisión correcta.
Cada tipo de estímulo que el atleta recibe le puede aportar información sobre diferentes aspectos, por ejemplo: la información propioceptiva nos permite dominar y regular nuestra ejecución técnica, la información extereoceptiva nos permitirá conocer la situación con el entorno, con mi rival y mi relación con ambos. Por este motivo es importante saber jerarquizar los estímulos en función de su relevancia y relacionar la información que nos aportan con el objetivo a conseguir.
Los estudios nos han mostrado que los expertos y los principiantes no dan el mismo tratamiento a la información, como podemos ver a continuación en la tabla resumen extraída del libro Neurociencias y Deporte. Psicología deportiva. Procesos mentales del atleta escrito por diversos expertos y coordinado por Dr. Stefano Tamorri, publicado en 2004 por Editorial Paidotribo.