La relación entre la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EE. UU.) y el feminismo se analiza principalmente desde dos ángulos históricos y uno geopolítico en la actualidad:
1. Patrocinio y "Guerra Fría Cultural" (Mitad del siglo XX)
Documentos históricos han revelado que, durante la Guerra Fría, la CIA financió discretamente a diversas organizaciones culturales, académicas y sociales en todo el mundo, como parte de una estrategia de "guerra fría cultural" para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética y el comunismo.
Financiación a Organizaciones: Aunque la conexión directa con los movimientos feministas de la Segunda Ola (décadas de 1960 y 1970) es un tema de debate y especulación, sí se ha documentado la infiltración y financiación de la CIA a otras organizaciones de la sociedad civil, como la Conferencia Internacional de Estudiantes (CIE) y la Asociación Nacional de Estudiantes de Estados Unidos (USNSA).
Contención Ideológica: El objetivo era promover el "American Way of Life" (el estilo de vida estadounidense) y los valores de la democracia liberal, presentándolos como superiores a la ideología comunista. Algunos análisis sugieren que el apoyo a ciertas causas de mujeres (como el sufragio o la ciudadanía, en el contexto de las transiciones democráticas en América Latina) pudo ser visto como una herramienta para afianzar la democracia y desviar la atención de las críticas más radicales y de izquierda.
Ejemplo en Brasil (Década de 1960): En el período previo al golpe militar de 1964 en Brasil, la CIA operó a través de grupos cívicos y organizaciones como el Instituto de Pesquisas e Estudos Sociais (IPÊS), que a su vez costeó y orientó políticamente a organizaciones femeninas de clase media como la Campanha da Mulher pela Democracia (CAMDE). Estas organizaciones se movilizaron activamente con alegatos sobre el peligro comunista para la familia y la propiedad privada, un claro uso de las mujeres para fines ideológicos.
2. Feminismo como "Soft Power" y Geopolítica (Actualidad)
En el discurso contemporáneo de Relaciones Internacionales y Geopolítica Feminista, el enfoque ha cambiado:
Feminismo y Seguridad: Existe un movimiento que aboga por la inclusión de la perspectiva de género en las políticas de seguridad y defensa de los Estados, la diplomacia y la cooperación internacional. Organismos como la ONU Mujeres o la OEA promueven activamente el feminismo como una herramienta poderosa para lograr una seguridad más justa y el desarrollo sostenible.
Geopolítica Feminista: Esta subdisciplina critica las relaciones de poder globales tradicionales y busca analizar cómo la geopolítica hegemónica (a menudo centrada en la escala estatal y militar) se plasma en la vida y los cuerpos de las mujeres y otras poblaciones vulneradas (la llamada "geopolítica del útero").
En este contexto, la preocupación no es un "proyecto" secreto de la CIA, sino más bien cómo el apoyo de grandes potencias u organismos internacionales a la agenda de género puede ser percibido (o instrumentalizado) como una forma de influencia o soft power para intervenir o guiar los procesos políticos internos de otras naciones.